Nuestro Recorrido

NUESTRO RECORRIDO

La Fundación Comunidad y Axión fue creada el año 2006 para trabajar en El Alto, Bolivia. La población prioritaria son niños, niñas, jóvenes, mujeres y familias empobrecidas migrantes o con algún grado de migración. 

Iniciamos nuestro servicio con grupos de jóvenes escolarizados de zonas periféricas de El Alto en el desarrollo y fortalecimiento de sus destrezas de pensamiento, a través del análisis de su propia realidad y de la definición de una visión de desarrollo de la ciudad en la que viven.  

Después de esta experiencia, y de un tiempo de reflexión y aprendizaje, se convoca a un grupo madres para visualizar su visión de desarrollo de El Alto. 

Su visión de desarrollo prácticamente repetía el imaginario generalizado: Nuevo aeropuerto, más industria, estadio de fútbol, en fin, una “ciudad moderna”. 

¿En qué medida, estas mujeres, expresan su más profunda y sentida visión de vida? 

Cambiamos la pregunta. ¿Cómo les gustaría vivir en El Alto? 

  • Disponiendo una alimentación saludable para su familia, para mejorar su salud.
  • Que sus hijos e hijas que crezcan sanos y que estudien bien 
  • Que haya más árboles, “más verde”
  • Que el alimento no empobrezca, sino que ayude a tejer comunidades…

Por su experiencia de vida comer y alimentarse ya no son sinónimos. Comer se ha reducido al acto de ingerir, de consumir algunos alimentos para saciar y paliar el hambre, comer para sobrevivir.

Nuestra Madre Tierra está en marcha hacia el abismo y la principal causa es el actual estilo de vida que prioriza la maximización de las ganancias, la explotación ilimitada de los bienes naturales, los patrones de consumo insostenibles y el descarte de miles de seres humanos condenándonos al hambre y a la pobreza.

Por ello, es urgente retomar el papel de las madres que practican el cuidado y la protección en los primeros momentos de nuestra existencia. Como hijas e hijos de la Tierra debemos CUIDARLA y PROTEGERLA, porque la Madre Tierra está enferma, lo mismo que nosotros.

Una forma de cuidar y proteger la vida es alimentarse sanamente porque el alimento aporta a nuestro cuerpo nutrimentos que derivan en salud y en calidad de vida; también alimenta el espíritu cuando se comparte, cuando el alimento genera convivencia entre seres humanos, con los demás seres vivos y con la Madre Tierra.

Para CUIDAR Y PROTEGER la vida es fundamental cambiar nuestra forma de practicar la agricultura, en el marco de los principios ecológicos.

Desde el año 2008 trabajamos en Agricultura Ecológica Urbana activando el derecho a la alimentación saludable con el convencimiento de que la producción de alimentos para la comercialización da para comer, pero no para alimentarnos saludablemente.  

La Agricultura Ecológica Urbana, que garantiza una alimentación saludable, es una forma de vida. En la cosmovisión andina la agricultura es una forma concreta de cuidar a la Madre Tierra. Es una forma de perfeccionamiento como seres humanos, es un acto de reciprocidad a la generosidad de la Madre Tierra que nos provee de lo esencial para vivir bien: aire limpio, agua abundante y limpia, tierras fértiles y alimentos saludables.

Entre 2008 y 2024, la Fundación Comunidad y Axión ha implementado alrededor de 640 Huertas Ecológicas Urbanas, cada una produciendo, en promedio, 25 variedades de hortalizas, 2 árboles frutales y 12 variedades de plantas aromáticas, florales y medicinales, todas orientadas al autoconsumo familiar.

En el período del 2008 al 2024, el conjunto de Huertas Ecológicas Familiares, aportan a El Alto con cerca de 16.000 Mt2 de nuevas áreas verdes biodiversas y han activado la presencia de biodiversidad animal, como insectos y aves.

Estas Huertas Ecológicas Familiares, por el enfoque de autoconsumo, proveen de alimentos orgánicos a vecinos, familiares y a desconocidos a través de la venta esporádica, a precios solidarios, por el trueque con otros productos alimenticios y por donación que realizan a otras familias que consideran más pobres que ellas mismas, a cambio de un bien espiritual. También utilizan sus hortalizas como moneda de cambio para obtener carne, pan, leche…

En la Fundación Comunidad y Axión estamos trabajando, junto con las mujeres, jóvenes, niños y niñas en la reconfiguración de la identidad y en la concreción de la cosmovisión andina, así como en la generación de alternativas a la forma de vida consumista, promoviendo la conexión con la comunidad humana y con la Madre Tierra.

Nuestras raíces comunitarias se fortalecen, generan y sostienen formas alternativas de vivir porque nuestros corazones y mentes se centran en la vida, en la Madre Tierra, en la comunidad de vida. 

El hombre nació en un ambiente natural y lo transformó por etapas en uno artificial .
Guillo Dorfles