La Agricultura Ecológica Urbana es como una semilla. Hay que plantarla con esmero y cuidarla con dedicación para que germine, crezca y dé frutos. Para quienes la practican y para los que se benefician de sus productos siempre ha significado mucho más que alimento para el estómago. También es alimento para el alma y motor de nuevos cambios personales, sociales y ecológicos.
Para nosotros la Agricultura Ecológica Urbana es una forma de vida y es una forma de comprender las relaciones urbanas que se establecen entre las personas y la naturaleza, que requiere de una diversidad de actividades que incluyen la producción y/o transformación inocua de insumos y productos agrícolas y/o pecuarios para autoconsumo o intercambio a través del uso de tecnologías apropiadas y procesos participativos, familiares y comunitarios, (re) aprovechando en forma eficiente y sostenible los bienes comunes globales y los insumos locales, respeta los saberes y conocimientos de las comunidades y culturas, activa la creatividad, fomenta la reconexión con la naturaleza y promueve nuevas culturas de vida.