El sentido de comunidad es sumamente importante hoy en día, no sólo para nuestro bienestar emocional y espiritual, sino para el futuro de las nuevas generaciones y, de hecho, para la supervivencia de la humanidad.

Hoy nos enfrentamos a una serie de problemas ambientales globales que dañan la biosfera y a todas las formas de vida y que pronto pueden resultar irreversibles.

El gran desafío de nuestro tiempo es crear y vivir en comunidades, que son entornos sociales y culturales en los que podemos satisfacer nuestras necesidades sin disminuir las oportunidades de las generaciones futuras, ni de la naturaleza.

Para fomentar comunidades debemos aprender de los ecosistemas, que son comunidades de plantas, animales y microorganismos, pues en más de cuatro mil millones de años de evolución, los ecosistemas han desarrollado formas de organizarse para maximizar la sostenibilidad.

Muchos pueblos indígenas conocían las leyes de la sostenibilidad mucho antes que los ecologistas del siglo XX empezaran a descubrirlas, por eso, sostienen el propósito y la necesidad de vivir en comunidad.

El ser humano no puede vivir su vida solo y para sí mismo. Necesitamos comprender que toda forma de vida es sagrada y que nuestra vida está ineludiblemente unida a todas las vidas porque, en el fondo, somos una gran comunidad.