Nuestro Ideario

NUESTRO IDEARIO

Los seres humanos de este continente – y también de los de otros continentes –habitamos lugares donde están presentes las persecuciones, las indiferencias y las soledades. Se margina y se castiga a quien es distinto, a quien piensa, siente y ama diferente y así sucede porque no se le entiende o no se lo quiere entender.

¿Por qué razón el ser humano es un exterminador de su especie y de las otras especies del planeta? ¿Es un problema ético?   

En un momento de la historia nos humanizamos e iniciamos el desarrollo del pensamiento y del afecto, conquistamos el fuego, creamos la técnica, el lenguaje, el arte, la ciencia, las religiones, la filosofía, los mitos, entre tantas otras. Hoy, en cambio, estamos destruyendo el mundo natural y estamos agudizando tres problemas globales y fundamentales: Hambre, enfermedad y violencia.

Sin embargo, siempre hay algo que nos permite vivir, pensar y soñar en mundos mejores. Debemos cambiar el sentido de estar vivos; hay que romper linealidades, tenemos que horadar y excavar las brechas por las que asoma la novedad; nuestra época es crítica y, al mismo tiempo, es generadora de situaciones que favorecen el surgimiento de pensamientos propositivos y éticos.

El sentido de vivir nos lleva por caminos ya recorridos por gentes que saben de sueños y que invitan, con las huellas de sus pisadas, a caminarlos. Nos han legado un pensamiento que contiene las dimensiones de pensar, sentir y amar. Somos conscientes que sentir y pensar distinto es peligroso, que duele al que lo hace y a los sistemas que hacen todo lo posible por acallarnos.

Las actuales condiciones sociales, económicas, ecológicas y culturales son prescriptivas para las ideas y para el pensamiento, pero también son permisivas a las nuevas ideas del pensamiento ético, creador y liberador.  

La vida es caótica, desordenada y está preñada de ideas y sueños que permiten el avance y el progreso social, cultural y ecológico. Los levantamientos y las crisis paradigmáticas no son casuales, ni milagrosos porque allí siempre están las personas que contribuyen a que se produzcan porque tienen coraje para hacerlo.  

La nuestra es una época fecunda en conocimiento y trágica para el pensamiento y para la reflexión; vivimos una crisis de reflexividad, de ideas, una crisis ética. Sin embargo, siempre está presente la esperanza en los movimientos de transformación y en el surgimiento de conciencias críticas, en un despertar de nuevas formas de leer el mundo, el sentimiento, el pensamiento y la acción.  

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Es propio de los niños y niñas la curiosidad y el asombro desenfrenado, que muchas veces molesta al mundo adulto. Éstas son cualidades que hay que cuidar en un mundo que intenta adormecerlos.  

Pensemos en los niños, niñas, jóvenes y en las mujeres que habitan en este mundo que poco les acoge. Ellos y ellas quieren vivir en una cultura que atienda lo distinto y lo complejo, que atienda sus necesidades; quieren que les dejen pensar y les dejen ser, que les dejen crecer y construir la vida que quieren vivir.  

Fomentar el pensamiento y la axión exige pensar cómo hacer para que los niños, jóvenes y mujeres empobrecidas piensen lo que es posible y que practiquen la cultura acogedora de la diferencia y de lo complejo que les permita construir su futuro-presente comunitario. 

Hoy tenemos el conocimiento y las tecnologías para construir ese futuro-presente. ¿Por qué no lo hacemos? Porque nos hace falta la ética.   

A lo largo de la historia de la evolución, la naturaleza ha sostenido la vida creando y nutriendo comunidades. Durante miles de millones de años la naturaleza ha mantenido tales comunidades en todos los niveles de la vida porque la selección natural favorece a aquellas comunidades en las que los individuos actúan en beneficio de la comunidad en su conjunto. Los humanos denominamos a esto comportamiento ético. Por eso, la ética tiene que ver con la comunidad, con el bien común, con el sostenimiento de la vida.

Y la manera de sostener la vida es construyendo y nutriendo comunidades desde los niveles locales porque los principales problemas de nuestro tiempo son problemas sistémicos, todos interconectados e interdependientes que requieren de soluciones sistémicas; soluciones que no resuelven ningún problema de forma aislada, sino que lo abordan en el contexto de otros problemas relacionados.   

Por eso, asumimos que la Agricultura Ecológica Urbana y la Alfabetización Ecológica son la base y están orientadas a la generación y sostenimiento de la comunidad y coadyuvan a resolver, a escala local, varias metas de la Agenda 2030.

La Naturaleza es siempre más sutil, más compleja y más elegante que lo que somos capaces de imaginar.
Carl Sagan